jueves, 23 de septiembre de 2010
Alejandro Sanz llega a Almería con el reto de llenar el Pabellón
Alejandro Sanz llega a Almería con el reto de llenar el aforo que permite el Pabellón de los Juegos Mediterráneos o, al menos, de comprobar hasta dónde llega el poder de convocatoria de su propuesta musical y, aunque las comprobaciones sean odiosas, relacionar esa respuesta con la conseguidas por Plácido Domingo, por Rod Steward o por Joaquín Sabina, tres de los artistas de primera fila de los pocos que han pasado por ese ámbito deportivo convertido en escenario musical. No se descarta, que sea cual sea la respuesta de los ciudadanos, que pueda ser el concierto del año en Almería.
El concierto cerrará prácticamente la segunda fase de la gira española acogida al título 'Paraíso Express' o 'Paraíso ***, que tiene prevista su coronación mañana en la Plaza de Toros de Ávila, y después de haber pasado por buena parte de medio mundo y antes de recorrer parte del otro medio y con miles de personas en cada una de sus actuaciones. La gran novedad de su presencia en Almería, aunque ya haya tenido un precedente en Madrid, será la interpretación a dúo de 'Desde cuando' con David Bisbal, que subirá al escenario como invitado y como un ejemplo de al amistad entre dos cantantes españoles.
Tecnología
Alejandro Sanz estará acompañado o respaldado, según todos los datos aportados, por una banda de nueve músicos, bajo la dirección de Mike Ciro. Como «espectacular e impresionante» se ha calificado el montaje. Entre sus elementos, se han destacado las pantallas de última tecnología en tres dimensiones (152 metros cuadrados de luz fría). A pesar de todos ingrediente ténicos o por las posibilidades que ofrece, se trata de un directo, según se recoge en esos mismos datos, en el que el propio artista se acerca lo más posible al público para leer y comentar los mensajes que le lanzan las admiradoras.
Porque todo indica que Alejandro Sanz no quiere que desaparezca la cercanía ni que se pierda su aire de niño bueno con un cierto guiño de travieso e incluso burlón por más espectacularidad de la que se rodee o de la que los aires modernos reclaman a un artista de primera fila. Porque, con el apoyo tecnológico de la compañía coreana LG (de ahí, las entradas de la «Zona Paraíso LG»), cuenta con un escenario «dinámico» a través de 28 motores de velocidad variable, tres cortinas gigantes de Leds y 100.000 vatios de luz para conseguir que cada interpretación tenga una ambientación única e irrepetible. En esas tablas es posible que lleguen a resaltar lo mismo unas estrellas fugaces que una espiral roja sin olvidar la familiaridad de su más fiel e inseparable compañera desde sus tiempos iniciales como Alejandro Magno: la guitarra. Sin ella Alejandro Sanz no sería Alejando Sanz.
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